Siguiendo mis reflexiones
sobre el ser humano, en este nuevo año se recomienda que todos tracemos un
norte claro para orientar nuestras vidas, cada año al inicio o cuando se cumple
un año más de vida, es adecuado plantearse un camino a corto plazo y al mismo
tiempo plantearse un propósito de vida que es a largo plazo, explicare la
diferencia de cada una, además, de resaltar la importancia de cómo se
complementa una de la otra.
Comencemos con el propósito de
vida, es el norte más alto o la meta ultima de vida que para muchos es el ideal
que nos planteamos, nos motiva en los momentos más duro de la existencia pero
que al mismo tiempo nos da elementos para crecer como persona, el propósito no
se plantea ni construye de un momento a otro, sino que se debe reflexionar,
discernir y tomar decisiones que tendrán un coste personal, partiendo de
conocer cuáles son mis virtudes, actitudes, aptitudes, ideas y sueños, por
ello, tener un propósito en la vida es fundamental y al mismo tiempo muy
difícil de definir.
De igual forma, el camino
seria como las metas o las acciones de corto y mediano plazo que se realizan para
poco a poco darle vida al propósito de vida, el camino se puede cambiar o
modificar si se ve la necesidad de hacerlo, claro es mejor modificar el camino
que el propósito, nos podemos sentir confundido en el camino pero no en el
propósito, porque con el ultimo como seres humanos no nos sentimos perdidos;
pero si estoy seguro del camino pero no del propósito, la angustia se presenta
al punto que sentimos que hacemos de todo, tenemos todo pero con un vacío
existencial inexplicable, que se traduce que lo que me falta es un propósito.
Por lo tanto, mis hermanos les
propongo que comencemos a plantearnos un propósito de vida donde nos podamos
realizar como persona, sin olvidar que debemos pensar en los demás ya que
realizarnos como persona implica el servicio de los demás, después de
plantearnos el propósito de vida se van definiendo los caminos necesarios para
hacer vida dicho propósito, sin olvidar que podemos pedir el camino, pero no el
propósito.
Ronald Valera: R.V
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