En las ultimas semanas he
tenido la oportunidad de conversar con diferentes personas sobre acontecimientos
que han vivido en el transcurso de sus vidas descubriendo que no logran encontrar
una explicación como tal, la mayoría de esas experiencias en lo que se busca su
causa son aquellos que llevan al dolor, sufrimiento y tristeza, que se agudiza
porque se percibe que somos víctima de los mismo al no saber la razón de su
existencia o simplemente por qué me tocó a mí.
Partiendo de lo antes
plateando, los seres humanos por naturaleza buscan conocer las causas de las
cosas y más en aquellos acontecimientos que le toca de primera mano, pero la
misma experiencia de la humanidad ha evidenciado que muchas veces en la vida
pueden suceder cosas que no le conseguimos una explicación o la causa aparente
no es una respuesta que nos satisfaga, trayendo como consecuencia que nos
desgastemos emocionalmente e invirtamos muchas energía a buscar una respuesta
que solo el tiempo (a lo mejor ) nos dará o simplemente nunca la tendremos,
esta situación nos deja anclado en el victimismo.
Por otro lado, en vez de
buscar el ¿por qué? de esa situación podríamos pasar al ¿para qué?, que se
puede traducir en tener conciencia del aprendizaje de lo vivido o lo que se está
viviendo que me causa dolor, tristeza y angustia, lo beneficio de plantearme la
segunda interrogantes es que me permite empoderarme de mis procesos emocionales,
conocer las herramientas que tengo como persona para salir adelante en las
situaciones duras y sobre todo ir avanzando en la vida, partiendo de la
conciencia que toda situación que se presenta puede ayudarme a crecer de manera
integrar.
Por lo tantos mis hermanos y
amigos, todos hemos tenido y tendremos momentos en la vida muy complejos y difíciles
en vez de buscar el ¿por qué?, trabajemos en el ¿para qué? que nos llevara a
tener mayor conciencia en nuestra vida para alcanzar la felicidad…
Ronald Valera: R.V
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