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Mostrando las entradas de diciembre, 2019

Un imposible posible en Dios

En esta época de Navidad que se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, concebido por muchos como hijo de Dios, estoy acostumbrado a hacer una reflexión de todo lo transcurrido durante el año. De ante mano confieso que soy creyente de Jesucristo, que es mi modelo a seguir dentro de la religión católica a pesar de las situaciones que en ella se presentan. Expongo estas líneas desde mi experiencia humana , así que también pueden ser de gran ayuda para mis hermanos agnósticos, ateos o de otras religiones. Este año he avanzado en muchos aspectos de mi vida, he retrocedido en otros y he vivido un torbellino de emociones. A causa de ello, me he dado cuenta de una cosa: lo que pensé en un momento imposible, en otro se volvió posible . Como creyente pienso que es providencia del Señor que se hace presente en su divinidad, sin embargo, al profundizar en ese hecho, me doy cuenta de que fui dando pasos o, como me gusta llamarlo, he ido generando las condiciones para que en un moment

Consciencia de Mi Despertar

Durante el fin de semana pasado estuve en un seminario que se caracterizó en crear las condiciones para que los participantes tengamos conciencia de nuestra libertad de elegir. Fue muy bueno aunque agotador, ya que coincidió con otras tareas que debía hacer de mi trabajo; pero, en el transcurso del seminario fui notando varios aspectos de mi vida que venía trabajando, más sin la profundidad necesaria. Uno de ellos es poder tener consciencia plena de mis ganas de consciencia (disculpen que sea redundante) que también llamo “Mi Despertar”, que no se refiere a un ideal, sino a darnos cuentas simplemente de cuáles son aquellas decisiones que están a nuestro alcance,   que nos hacen ser como somos y, al mismo tiempo, reconocer nuestras circunstancias con las limitaciones que esas decisiones pueden generar.   Desde hace tiempo sostengo la idea de que el ser humano es complejo, que tiene diversas dimensiones que lo hacen un todo integral, pero nuestra sociedad lo condiciona para atender

Los límites de nuestro actuar en el voluntariado

Durante los últimos días del año se han multiplicado las acciones sociales en varias partes del mundo, llevadas a cabo por grupos de personas conformados de manera libre y sin remuneración económica alguna que han decidido realizar esa labor llevando la esperanza, las sonrisas y los regalos a los rincones más necesitados. Aunque suene bonito y loable, los que estamos de lleno en el mundo del voluntariado vamos descubriendo que, en cuanto damos a los demás, debemos darnos a nosotros mismos en esos espacios y momentos de esparcimiento, descanso y compartir con los seres queridos; siempre teniendo cuidado de pensar y sentir que, al realizar estas acciones con nosotros mismos, no es un acto de egoísmo. El ser humano tiende a buscar el bien de los demás, aunque actualmente solo se resalta lo malo y negativo de todo individuo -vende más una noticia de dolor y tragedia que otra de fraternidad entre hermanos, amigos, compañeros-. Pero una debilidad al entregarnos buscando el bien del

LA MUERTE, UNA VISITA INESPERADA

Esta semana me informaron del fallecimiento de dos personas que conocía por nombres, pero que no eran cercanas a mi persona. Una era un joven de unos 30 años, la otra ya tenía más de 75. El primero, según nuestra cultura y sociedad, iba comenzando la vida; mientras que la segunda estaba en el ocaso de su existencia. En ambos casos la muerte llegó al mismo tiempo dejando un vacío y ausencia en sus seres queridos, por lo que me pregunto, ¿si la muerte es lo más seguro que tenemos por qué nos parece tan inesperada y solapada? Los seres humanos vivimos en los tiempos actuales la existencia de manera apresurada, pero al igual que en el pasado, cuando el ritmo era más pausado, la muerte sigue sin ser bienvenida; solo se espera cuando se desea terminar con el sufrimiento continuo o como una forma de poner fin a la propia existencia. Desde que el individuo es consciente de sí mismo, el fin de su vida, aunque es inevitable, es lo menos esperado. Por eso, no sabemos cómo reaccionar los qu