Sapiencia Ancestral: Viviendo mis emociones

Hola mis hermanos, quiero comenzar una serie de reflexiones sobre la DIGNIDAD HUMANA por la necesidad de despertar en cada persona la conciencia de aquello que tiene por naturaleza, pero al parecer (puede ser por otras razones) no le da la valía necesaria para hacerla respetar delante de otras personas, empresas, gobiernos e incluso de sí mismo. Esta, se puede concebir como: “ el derecho que tiene cada  ser humano , de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus  características  y  condiciones  particulares, por el solo hecho de ser persona”. Partiendo de esta visión, se debe rescatar varios elementos: DERECHO todos la tienen, nadie la quita o la otorga, por ende, cada individuo debe de reclamar su dignidad cuando sienta que está siendo vulnerada o atropellada; INDIVIDUAL que es respetar la forma de ser, pensar y actuar de cada uno de los miembros de la humanidad contrarrestando, aquellas corrientes que quieren homogenizar a hombres y mujeres por igual, ade

En las últimas semanas he vivido diversos problemas a nivel laboral, económico y familiar, que me envolvieron en un egocentrismo pensado que solo YO existía en el mundo y que los únicos problemas que existían son los que padezco, pero al mismo tiempo me topaba con familiares, amigos y conocidos que hablan conmigo de sus situaciones personales, permitiéndome ver que ellos también tienen sus problemas con mayor o menor intensidad. Así mismo, al instante que me permití (casi me forcé) a escuchar, empatizar y ver la realidad del otro, fui relativizando mis problemas que no se traduce que no los tome en cuenta, sino que le doy un justo valor y al mismo tiempo salgo del egocentrismo dañino, entrando en la responsabilidad de aprender cómo sobrellevo cada situación para poder gestionarla y así no caer en el victimismo que tanto daño me ha hecho. Por lo tanto, mis amigos y hermanos desde mi realidad existencial les sugiero que ALCEMOS LA MIRADO AL OTRO, para darnos cuenta que cada uno t

Estas dos últimas semanas he estado ausente para reflexionar sobre qué escribir, una idea que se fue gestando es sobre las obras que hacemos para los otros en muchos casos van acompañadas de amor, pero a veces no de la calidad necesaria en honor a los destinatarios, muchas acciones de caridad no son remunerables por lo cual los voluntarios pueden hacerla como mejor les parezca o según los tiempos que le sobran, que desde mi perspectiva no es lo más adecuado. Partiendo de lo antes planteado, las personas que realizan las actividades en beneficio del prójimo deberían de tener la conciencia de accionar con la mejor calidad posible, sin importar que el lugar donde se desarrollen presenten carencias materiales o el nivel educativo y cultural de los destinarios sea bajo como consecuencia de diversos factores entre ellos la pobreza; se puede pensar que los beneficiarios con cualquier cosa se conformarían, pero estoy convencido que cualquier obra de caridad ha de ser DE CALIDAD la cual