Los
hombres y mujeres a medida que van avanzando en la vida se encuentra ante
situaciones duras, fuertes y agobiantes
donde la enfermedad, muerte, rupturas y duelos por diversos motivos se
presentan en el camino llevándonos a cuestionar nuestra existencia, no cayendo
en una retórica o preguntas de índoles académicas, sino en interrogantes tan
sencillas porqué suceden de una forma y no de otra, conduciéndonos a vivir
diversas emociones que son difíciles de sobrellevar, pero como lo he expresado
en otras oportunidades se pueden aprovechar desde la soledad para dialogar con
nosotros mismo teniendo como referencia esas preguntas, resaltando que a lo mejor a ninguna se les dará respuesta,
pero por el mero hecho de hacérmela ya se está gestando una transformación.
De
igual forma, a medida que se profundizan en esas interrogantes desde el alma o
lo que es lo mismo desde el fondo de mi ser, las cosas comienzan a tener una
nueva mirada donde las cosas se van clarificando de una manera que no se creía
posible, por ello es indispensable detenerse en el camino a reflexionar ya que
desde allí se pueden dar los reajuste necesarios para nuestras vidas, ajustes
que en otro momentos eran impensables,
pero la propia existencia nos lleva a momentos que es adecuado hacerlo, cabe
señalar que no basta solo reajustar, sino comenzar de nuevo nuestro camino,
sobre todo cuando existen cambios internos y externos que nos dejan sin los
mínimos cimientos que algunas vez estuvieron, y por experiencia lo digo es
mejor volver a comenzar que tratar de reajustar.
Partiendo
de lo anterior expresado, comenzar de nuevo es muy duro, produce dolor, llantos
y mucha tristeza pero lo bonito de todo el proceso es que cuando se permite
vivir la experiencia ya se ha comenzado a transitar este nuevo camino, de igual
forma a medida que se avanza al ritmo que cada uno tiene esas sensaciones se
van transformando por otras más positivas como es la resiliencia, la alegría, la satisfacción
y la felicidad con el añadido que la persona ha crecido partiendo de esa
experiencia que se vuelve más enriquecedora a medida que voy teniendo
conciencia de ella, por ello mis hermanos reajustemos lo necesario en nuestras
vidas pero si debemos comenzar de nuevo no lo posterguemos sino que demos el
primer para ese nuevo comienzo.
Ronald Valera: R.V
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