En los últimos años para nadie
es un secreto que las familias venezolanas se han visto separadas geográficamente
por la creciente migración que se ha generado en el país, llevándome a reflexionar
y reajustar la visión de familia, que en su momento se ha asumido como aquellas
personas que las unen la sangre, resaltando que esta visión tradicional por así
decirlo se ha ido ampliando, para dar a paso a una visión más amplias de
familia como aquellas personas que conviven diariamente en un espacio
geográfico o bajo un mismo techo, por ello, el venezolano aunque ha dejado una
familia nuclear o sanguínea ha ganado otra familia.
Partiendo de lo antes
expuesto, quiero profundizar en el hecho de esa nueva familia que se han creado
en el extranjero que unos lo verán como una sustitución de la familia dejada en
Venezuela (cosa que no me parece nadie sustituye a nadie), lo veo como una
nueva posibilidad de crear nuevos vínculos afectivos que todo ser humano
necesita, ya que es una forma adecuada de sobrellevar el duelo de la migración
y del duro trabajo que pasan muchas personas lejos de sus países de origen, de
igual forma, esa nueva familia curiosamente son otros venezolanos en su mayoría,
pero reconociendo que también la integran familias o personas del país que
acoge al inmigrante, esta nueva relación familiar le brinda ese espacio de
cuidado, de compartir y hasta de pelear que tienen cualquier familia, pero lo más
hermoso de esta realidad que es auténtica, porque simplemente nada les une más
que el deseo de apoyarse y cuidarse mutuamente como lo haría una madre, padre, esposo,
esposa o hermano.
Por lo tanto, en estos tiempos
de movimientos geográficos masivos en el mundo le propongo a los migrantes del
mundo que se animen a ver quiénes son esas personas de nuestra nueva familia,
que están allí para apoyarnos, para darnos esa palabra de aliento y hasta
consolarnos cuando sintamos que es muy pesado la carga que llevamos al extrañar
a nuestra familia nuclear, no se traduce que no veamos el vacío que genera no
estar con mi familia sanguínea sino valorar y aprovechar la presencia de esas
nuevas personas que se encuentra en este momentos en nuestra vida.
Ronald Valera.
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