En
las ultimas semanas están sucediendo hechos de manera muy acelerada impidiendo que
se analicen adecuadamente para ver las repercusiones en la vida política de
Bolivia, sin embargo, un hecho que no debe pasar desapercibido es la renuncia
en un solo día de dos ministros y el despido de otro del gabinete de la
mandataria boliviana; según Ortiz lo sacan por no estar de acuerdo con el (super)
ministro Murillo, mientras que el ministro Murillo expresa que el ex ministro
de economía no estaba de acuerdo con algunas acciones que promovía el actual
gobierno, pero en política lo que se dice no es la realidad y la realidad de lo
sucedido no es lo que se dice (vaya paradoja).
Partiendo
de lo antes expuesto, entonces ¿Qué pasa en el actual gobierno en sus últimos
meses?, una primera lectura es que los ministros salientes están salvando su
imagen para que sean tomados en cuenta por el futuro gobierno, dando a entender
que eran los sensatos del gabinete (no creo en dicha sensatez porque
simplemente no hubieran asumido el cargo), es decir, sencillamente están
cuidando sus movimientos políticos de cara al futuro. Otra mirada, es que Ortiz
esta sembrando las bases para enrolar los votos de Santa Cruz que pueden ser
determinante en las elecciones venideras, proyectándose como enlace entre los
candidatos y el departamento cruceño.
Así
mismo, otra óptica es que Murillo que representa el núcleo duro y cercano de la
mandataria, quiere devolver muchos de los bienes nacionalizados por el antiguo
gobierno masista no solo por el bien del pueblo (como lo expreso), sino quedar
bien con grupos económicos de poder en Bolivia porque sus días de ministro (uno
de los mas radicales y ofensivos) están contados, deduciendo que está buscando
su seguridad laboral-económica cuando sea un ciudadano mas dentro del
territorio boliviano. RECUERDEN QUE EN LA POLÍTICA PARTIDISTA HOY TENEMOS EL
PODER Y MAÑANA YA NO.
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