Muchas cosas se han de celebrar en las elecciones generales de Bolivia del 2020, una de ellas es que la Asamblea Legislativa será conformada por tres fuerzas políticas dándole un toque de diversidad; otra es que la misma será conformada por 20 mujeres y 16 hombres, esperando con esperanza que en estos 5 años venideros una transformación de la visión de género y el rol de las mujeres en la política-partidista, es decir, que desde su ser femenino puedan contribuir a la transformación de la sociedad donde aún prevalece una visión machista, en la cual la mujer solo es percibida como un objeto sexual y doméstico.
Así
mismo, la esperanza la sustento porque en Bolivia desde hace mucho tiempo se
está promoviendo un cambio radical de una sociedad machista retrograda a una sociedad
con perspectiva e igualdad de género, pero al mismo tiempo los feminicidios han
aumentado junto con la impunidad de esos casos. Por ello, es necesario que las
mujeres sean respetadas y que sus derechos sean garantizados, así mismo, se
deben de crear las condiciones para que todas las mujeres puedan estudiar y trabajar,
pero lo más relevante es comenzar con una cultura donde el hombre vea a cada
mujer como un SUJETO-PERSONA y no solo como un objeto sexual-domestico.
Lo
antes expresado, tiene una gran oportunidad de hacerse vida con las nuevas 20
diputadas, porque pueden desde su nueva realidad de poder comenzar a transformar a la sociedad
boliviana con políticas públicas de equidad de género, con reducir la burocracia
en los casos de abuso sexual hacia
la mujer y los feminicidios, de destinar mayores recursos económicos para las guarderías y centros de
atención para las mujeres de escasos recursos y de ayudar con fondos económicos
a las ONG que están trabajando con
mujeres en sectores populares; al mismo tiempo, desde la cultura y educación transformar la visión de los
hombres hacia una nueva masculinidad.
LA ESPERANZA NUNCA SE PIERDE
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