Desde
el siglo XVII cuando en el viejo mundo se comenzó a gestionar los principios de
LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD, se inició unas series de reflexiones para que se
puedan hacer realidad estos ideales porque si no quedarían como palabras
bonitas, entonces varios filósofos comenzaron a sugerir un Estado compuesto por tres poderes que fueran independientes y al
mismo tiempo sirvieran de contra peso unos de otros; fue una manera de restarle
poder al absolutismo que gozaban los monarcas de la época, estos poderes serian: EL LEGISLATIVO,
EL EJECUTIVO Y EL JUDICIAL.
El
ultimo poder al cual me centrare seria la piedra angular de cualquier Estado de Derecho, porque sería el encargado de validar y resguardar las leyes que el poder legislativo crea y el poder ejecutivo debe de ejecutar, en momentos donde el poder
ejecutivo y legislativo están en pugna quien debe dirimir es EL
PODER JUDICIAL, desde el
debido proceso y el estado de derecho, sin embargo, desde el
inicio de esta visión del Estado dividido en tres poderes como mínimo, los
gobernantes se han dado cuenta que a toda
costa deben de dominar y
controlar a los magistrados que ejercen el Poder Judicial o lo que es igual
decir a los magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, porque según
las constituciones es el poder que diría la última palabra en cualquier pugna.
Partiendo
de lo antes mencionado, en América Latina lo primero que hacen los Presidentes
de la región es dominar o interferir en la justicia, politizándola al punto que
son un brazo ejecutor de sus ambiciones donde por medio de procesos judiciales
se inician persecuciones política en el supuesto caso que el procesado no cometió
ningún delito, ejemplo es la Venezuela de Chávez y Maduro, la Argentina de Kirchner
y Fernández y en Bolivia sucedió antes
de Evo, con Evo y después de Evo. En esta oportunidad la Justicia Boliviana está
politizada en una incertidumbre partidaria, es decir, algunos jueces dictan
sentencia que benefician al MAS, pero al mismo tiempo dictan sentencia que
benefician al actual gobierno, porque no saben a quién agraciar para quedar
bien parados en caso que uno de los partidos quede en el poder después de las
elecciones de octubre 2020.
Así mismo, cuando un poder judicial esta politizado es una muerte lenta y
dolorosa de la democracia, porque cada sentencia y jurisprudencia está marcando el camino que deben seguir
todos los ciudadanos para hacer cumplir
el Estado de derecho, pero cuando el guardián del Estado de Derecho es quien lo
irrespeta entonces la metátesis de la corrupción se está manifestando, prueba de ello es la situación
jurídica que tiene en vilo a toda Bolivia, me refiere a la sentencia para que el
ex presidente Morales pueda participar
en las futuras elecciones optando por el cargo de senador, sin ser
especialista en el tema este proceso
judicial desde el inicio es nulo, porque
el tribunal Supremo Electoral dictamino que no podía optar
por tal cargo justificando jurídicamente
tal sentencia, pero como el poder
judicial está al servicio del MAS quieren dictaminar lo contrario un juez,
pudiendo llegar el caso al Tribunal Constitucional máximo órgano judicial de
Bolivia, es un secreto a voces que quien controla este poder del estado es el…
Ronald
Valera
Filosofo
Comentarios
Publicar un comentario