Este
año se ha caracterizado por presentarse diversas situaciones que han generado
una crisis integral a nivel mundial, cada país según su contexto experimentan
crisis particulares complicando aún más la situación de la pandemia, en el caso
de Bolivia se debe sumar la situación
social, económica y política, porque se encuentra a puertas de unas elecciones
claves que marcaran el devenir del país en la siguiente década, así mismo, un
elemento de la crisis actual se centra
en la educación, medio necesario para que toda persona debe de transitar para
su desarrollo y contribuir al progreso de la sociedad donde está inmerso, pero
en Bolivia la educación está siendo pisoteada por los dirigentes políticos y
las instituciones del Estado.
Partiendo
de lo antes mencionado, cuando los partidos políticos que están en el poder o
en instituciones claves utilizan la educación para sus fines la reducen a una
bandera electoral utilizada cuando es oportuno pero olvidada después que pasan
las elecciones, por eso es natural que nuevamente la educación acapare la
mirada en el panorama político Boliviano, no con la intención de buscar una
solución que beneficie a todos los actores del hecho educativo, sino que lo
hacen para desprestigiar la gestión de un candidato presidencial o de alguna
institución del Estado.
De
igual forma, se debe reconocer que dar solución al hecho educativo en Bolivia
es un gran reto que se puede asumir si todas las instituciones del estado se
ponen de acuerdo para garantizar los medios necesario para la educación sea
virtual o presencial, recordando que existen muchas personas e instituciones
que tienen la experiencia y trayectoria que se requieren para estos momentos,
ellos deberían ser los primeros convocados y escuchados, seguidos por los
maestros que a la final son lo que hacen vida cualquier propuesta, sin su apoyo
todo quedaría en un papel escrito y nada
más.
Ronald
Valera.
FILOSOFO
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