Desde
hace siglos se ha reflexionado sobre el
hecho educativo desde diferentes miradas
con el propósito de perfeccionarlo para formar hombres y mujeres funcionales a la sociedad (por
decirlo de alguna manera); en los últimos años se ha centrado todo en función
del sujeto que se está recibiendo la educación creándose pedagogías, didácticas
e ideas creativas (tengo mis dudas que
lo sean) para despertar en esos destinatarios todo el potencial que tienen,
dejando a un lado a uno de los actores claves para que todo ese ideal se pueda
cumplir, ese actor es el MAESTRO que ha sido vejado, humillado, sobre exigido y
poco remunerado.
Partiendo
de lo antes mencionado, no me refiero a los elegios y halagos que reciben los
maestros por parte de los padres y autoridades
educativas que lo hacen por lo menos en su día, sino en las acciones concretas por parte de los gobiernos que mantienen un doble discurso como por
ejemplo, expresan que los maestros es una de las profesiones más loables de
cualquier nación, pero los salarios son inferiores a otras profesiones
sobre todo a lo de los cargos políticos,
trayendo como consecuencia que el docente tenga que buscar más de un trabajo
para poder tener un mínimo de calidad de vida, advierto que no se soluciona la
situación solo con el sueldo del docente, sin embargo, tiene un fuerte impacto en el ejercicio de su
profesión, porque cuando el ser humano tiene
cubierta sus necesidades básicas puedo ocuparse de otros asuntos más
loables.
Siguiendo
lo anterior, los gobiernos le exigen a
los docentes que eduquen a sus
alumnos con propuestas pedagógicas y
didácticas innovadoras, pero lo que no
toman en cuentan algunas veces es que esas propuestas fueron diseñadas para un número
máximo de 20 alumnos teniendo un
éxito evidente, en cambio en muchos de
los países que importan esas innovaciones la matricula por docente ronda entre 30 a 50 alumnos
produciendo un fracaso la cual se le
quiere adjudicar al docente, dicho fracaso no es solo responsabilidad del
maestro sino de todo un sistema que aplica estrategias que no parten de la
realidad educativa.
Otro
elemento que abordare en este apartado, es que al docente no se le proporcionan
los insumos necesarios para aplicar las estrategias innovadoras trabajando literalmente
con las uñas, generando que los procesos educativos se vean perjudicados, reconociendo que los maestros hacen una labor titánica para ser creativo en su acción
teniendo grandes frutos, pero no es justo
esta situación porque los
gobiernos tienen el deber y la
obligación de proporcionar lo necesario
para que la educación sea de calidad,
que debería comenzar con un trato justo
hacia los MAESTROS.
Ronald
Valera.
Filosofo
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