En
los últimos días ha salido a la luz pública una serie de denuncias sobre el
supuesto romance del ex presidente Morales con una joven actualmente mayor de
edad pero cuando sucedió el hecho no lo era, se calcula que tenía entre 13 a 16
años ubicándola dentro de la adolescencia, esa etapa de la vida se caracteriza por
que la persona no tiene plena conciencia de las decisiones que toma y que pueden
repercutir en el resto de su existencia; por eso existen las leyes que protegen
a los menores de edad ante los abusos
que pueden sufrir, así mismo, se corre
el riesgo de exponer que la joven dio su
consentimiento para justificar este hecho por parte del hombre, evidentemente
nada valida estas acciones porque así se
comienza a normalizar aquello que no se debe normalizar.
De
igual forma, es un tema sumamente delicado al que me refiero porque se
necesitan pruebas contundente tanta para dictaminar la inocencia o la
culpabilidad de Evo, pero este caso es idóneo para recordar que no se debe solo
aclarar el caso antes mencionado, sino suscitar un cambio paradigmático sobre
la visión que se tiene de la mujer dentro de las sociedad global especialmente
en América Latina, donde prevalece la cultura de la mujer para complacer
sexualmente al hombre, ser ama de casa (aunque trabaje igual que el hombre),
que sirve para procrear y cuidar de los niños, este tipo de visión simplemente
reduce a la mujer como OBJETO, si no es útil para su cometido se desechan
(ejemplo son los casos de feminicidios), esta cultura tiene poder aun en la
sociedades.
Ahora
bien, para iniciar este cambio de
paradigma es urgente concebir a la mujer como un SUJETO, es decir como
un ser pensante, libre, con emociones y sentimientos, con la plena conciencia
de tomar sus propias decisiones; donde la equidad de labores sea real tanto en
el hombre y en la mujer, además, de empoderarlas para que construyan una
cultura femenina producto de ellas mismas, donde los hombres sean apoyo y no
sus verdugos, puede parecer que es un imposible lo antes descrito, sin embargo,
se están pequeños pasos que se tienen que acelerar, por eso se necesitan que
las leyes que se elaboraron para la protección de las mujeres (menos o mayores
de edad) se apliquen tanto a un
presidente, ex presidente o a un simple ciudadano.
Ronald
Valera
Filosofo.
Muy acertado el analisis y reflexion, aceleremos los pasos, hagamos que sirvan nuestras leyes, ese asunto de defender la dignidad nuestra es muy trillado, bullado, y hasta celebrado, mas en la practica es muy doloroso constatar que cada dia sufrimos las consecuencias de un machismo agresivo y amargado.
ResponderBorrarGracias por tu aporte
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