En el momento actual de la pandemia, han quedado en
evidencia situaciones que son digna de reflexión para poder entenderla y al
mismo tiempo crear precedentes de cómo proceder en momentos similares en un
futuro remoto, en esta oportunidad quisiera centrarme en las dinámicas del
PODER, porque sencillamente quien lo tenga en sus manos es quien está tomando
decisiones claves para gestionar la actual crisis y en función de esas
decisiones se pueden salvar vidas o perderlas.
Partiendo de lo antes mencionado, en las naciones que
son Republicas usualmente el poder esta dividido en los poderes: ejecutivos, legislativo,
judicial y entre otros, es decir, el poder se encuentra en varias instituciones
y personas que ejercen de contrapeso entre unas y otras, en Latinoamérica
existe un poder ejecutivo que tiene mucho peso por medio del gobierno de turno
una persona concentra mucho poder en comparación de las demás ramas del poder, ejemplo de ello son Brasil, México, Bolivia y
España; en caso de dictaduras o teocracias la situación es otra, el poder recae
en una sola persona sin tener prácticamente un contrapeso real, porque
supuestamente lo tienen en forma pero no
de fondo, los casos donde suceden es en Venezuela, Cuba, Nicaragua,
Corea del Norte, China, Rusia, entre
otros; el PODER es lo más codiciado para muchas personas que lo necesitan
por diversas razones pero la pregunta
que surge es: ¿esta
preparada la persona para ejercerlo?/ ¿lo podrá ejercer
adecuadamente cuando se `presenta situaciones inusuales?/¿hasta donde puede
ejercer el poder el estado en nombre de crisis?.
Para poder responder en la medida de lo posible estas
interrogantes, me gustaría dar una definición de poder tomada de Moisés Naím
donde expone: “Es la capacidad de dirigir o impedir las
acciones actuales o futuras de otros grupos e individuos. O, dicho de otra
forma, el poder es aquello con lo que logramos que otros tengan conductas que,
de otro modo, no habrían adoptado”[1]. Esta
concepción aunque es la utilizada por Naím, la formula Rober Dahl donde
evidencia que el poder es dirigir a otros para logar una conducta o impedir
otras, aunque no lo expone de manera evidente en ese proceso se puede utilizar
la persuasión, la fuerza o la violencia, lo cierto que el poder le
garantiza a quien lo tiene
dirigir a otros hacia un fin determinado.
Así mismo,
darle respuesta a estas interrogantes es
compleja porque las personas que buscan
el poder políticos se sienten capacitados para hacerlo y sus
seguidores lo piensan igual, pero al tenerlo y ejercerlo es cuando se
podrá decir si estaban o no capacitada,
evidentemente en esta reflexión no profundizare en los criterios e indicadores
para evaluar a quien ejerce el poder; de
igual forma, el individuo que lo ejerce
debe estar preparado en gestionar en tiempos de crisis porque de él o ella dependen decisiones
claves y estratégicas, aunque es prematuro evaluar a las personas que ejercen
el poder del estado, en estos momentos
ellos dejan mucho que desear como lo
expone Naím: “A pesar de esta cautela, sin embargo, me es inevitable concluir que, en
efecto, la actual cohorte de líderes es, salvo algunas excepciones, patética y
preocupante”[2]. Muchos
de los actuales líderes políticos simplemente querían el poder, pero no saben
como ejercerlo en momentos complejos, reconozco que no es fácil estar en sus
zapatos, por ello, sería adecuado que nuestros futuros líderes tengas mayores
competencias que solo la demagogia.
Por otro lado,
la tercera interrogante está causando mucha polémica
a nivel mundial porque, la ONU por medio de la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos Michel Bachelet, han alertado que en algunas
naciones en nombre de preservar la vida por la pandemia se han vulnerado algunos derechos, realmente cada país es un
caso que se debe de estudiar en detalle,
realmente algunos régimen están aprovechando
la pandemia para controlar mas a
la ciudanía, pero también en nombre de los derechos humanos y de
la libertad no se quiere cumplir
la cuarentena poniendo en peligro a
otros personas, evidentemente es una situación compleja para sacar
conclusiones, solo que en nombre de la libertad de una persona no se
puede poner el peligro a una comunidad y tampoco en nombre de la salud de otros
deba maltratar o violentar a otros.
Por lo tanto mis hermanos, en estos momentos es
adecuado que sigamos reflexionando sobre cómo ejercen el poder nuestros
gobernantes y al mismo tiempo, crear mecanismos que sirvan de contención para
impedir que existan hombres y mujeres que abusen en sus puestos del poder y al
mismo tiempo buscar la manera que la ciudanía se active para exigir cuentas a los poderes del estado.
Ronald Valera
Filosofo.
Exelente 😍
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