Luego
de las elecciones del 2020 los
resultados fueron sorprendente por la barrida de votos del MAS, la perdida de apoyo de Comunidad Ciudadana y la
estabilidad de Creemos, esta última organización estableció la
estrategia de llegar al final de la contienda proyectando que se realizaría una segunda vuelta entre Arce y Mesa; el líder de Creemos quedaría como un PERDEDOR
porque no llegaría a ser presidente
todavía y GANADOR por tendría un número
de diputados que serian la llave para cualquier
pacto político del futuro gobierno, pero ese cálculo salió mal
resaltando que muchos le
sugirieron (realice un escrito
sobre ello) al líder de Santa
Cruz, que esa jugado era arriesgada y peligrosa para la democracia Boliviana.
Aunque
muchos nos sorprendimos por la cantidad
de votos para el MAS, se sabía que Creemos no pasaría a una segundo vuelta, por ende era necesario la unidad para tener
un numero solido de diputados como alternativa en los siguientes 5 años, pero
la realidad se vuelve a imponer de los 36 diputados 21 son del MAS, 11 de
Comunidad Ciudadana y 4 de Creemos todo salió bien para Camacho, pero como advertí
el MAS realizaría cualquier maniobra legal aunque no legitima para obtener el
control pleno de la Asamblea Legislativa
al parecer lo lograran, el 28 de octubre
del 2020 se realizó una sección para
cambiar el reglamento interno de la Cámara
de diputados dándole el control que se necesitan 50 % mas un voto (que lo
tienen) para cualquier transmite que se necesite del poder legislativo, muchos dirán
que no es justo y ciertamente no lo es,
sin embargo, es legal porque tienen en esta legislatura los 2/3 necesarios.
Por
eso es necesario que los dirigentes políticos tengan una visión amplia de las
estrategias políticas y las posibles consecuencias para la nación, la democracia
y hasta para la propia dirigencia, porque sencillamente el líder de Creemos ya
no será la llave para un pacto democrático ya que acaban de cambiar la
cerradura y la llave la tiene el MAS.
Mas claro imposible excelente óptica...
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