“SOY
PEREGRINO DEL MUNDO R: V”
En estas últimas
semanas que coincidieron con la navidad, cierre de año y el inicio del año 2020
tuve la oportunidad de sentir y vivir muchos sentimientos como la tristeza, la
nostalgia, la alegría, la esperanza y otras emociones como parte de mi ser que
fueron despertando, en medio de esas vivencias me encontré con un texto de San Ignacio
sobre el desapego, entonces me pregunto es ¿PÓDEMOS LLEGAR A TENER UN DESAPEGO
AFECTIVO?
Para poder en la
medida de lo posible darle una respuesta a la interrogante es necesario definir qué se entiende como afectividad: “es aquella capacidad que tiene
el individuo para reaccionar ante ciertos estímulos ya sean del medio
interno o externos y que se caractericen por los sentimientos y emociones.”[1].
Partiendo de esta noción, los seres humanos por naturaleza somos afectivos en
la cual expresamos emociones y sentimientos de acuerdo a lo vivido en lo externo
e interno, son una muchas las emociones que se pueden vivir en un momento determinado,
por lo tanto, es inadecuado negar o reprimir una emoción, al contrario, se debería
reconocer dándole un nombre y ver la manera de canalizarla de la mejor manera,
en otras oportunidades lo he dicho debemos aprender a GESTIONAR NUESTRAS
AFECTOS.
De igual forma,
para seguir ahondando en la pregunta se concibe desapego como: “aprender a
amar, a apreciar lo que tenemos y a involucrarnos en las relaciones de una
manera más sana y equilibrada”[2].
Estos dos conceptos me permite exponer
lo siguiente, los seres humanos somos integrales donde la dimensión de lo
afectivo tiene mucho peso al punto que
actuamos de manera consiente
o no en función de las emociones,
cuando estamos en lugares o contextos duros posiblemente las emociones negativas
afloran de manera más rápido que las positivas, ejemplo de ello cuando muere un
familiar, estamos en lugares lejos del entorno afectivo o simplemente en un
lugar donde el trato no es el más adecuado, por ende debemos de conocer nuestros
afectos, en que circunstancia salen y sobre todo leer el contexto existencial
en donde estoy inmerso, porque partiendo de ello puedo comenzar a trabajar en
el desapego.
Siguiendo lo
expresado, el desapego es una forma que tenemos para gestionar las emociones
antes circunstancias existenciales que escapan de nuestras manos y permite al
mismo tiempo en aceptar esa realidad no como un conformismo, sino en ver lo beneficio
o positivo de ella, aunque no era lo que se esperaba, generando así una
tranquila y paz. Por lo tanto, mis hermanos y amigos, es necesario que vivamos
a plenitud nuestros afectos, al mismo tiempo aplicar el desapego para aprender a
vivir una vida que tiene sus complejidades pero nos permiten conocernos y crecer
como personas.
Por:
Ronald Valera | valera.ronald99@gmail.com
Redes:
@Ronald909Ronald1 @ALBERTORONALD
Comentarios
Publicar un comentario