En
los últimos meses hemos sido testigo de
la cantidad de personas que se han contagiados y muerto como consecuencia del
COVID-19, para muchos era un virus inventado
por grupos de poder para dominar
a los individuos y parecía sospechoso que los líderes políticos no lo
hubieran contraído, pero en las últimas semanas muchos de los gobernantes
(presidentes, primeros ministros,
presidentes de parlamentos y ministros
de gobiernos) se han contagiado, algunos negaron la situación los casos más emblemáticos
son Bolsonaro presidente de Brasil y
Boris Jonhson primer ministro de Gran Bretaña.
Lo
extraordinario de lo ante descrito, no es que se hallan enfermado cosa que es
normal porque son seres humanos, sino que son las personas que dirigen la vida
de millones de personas al punto que
cada decisión incide en la sociedad, así mismo, la ventaja que estén padeciendo
esta enfermedad es que podrían ser más
empáticos con las personas que están en su misma situación; resaltando que evidentemente tienen las mejores condiciones
económicas, los médicos necesarios y los
respiradores si hacen faltan para que se
recuperen en caso que empeore su situación médica; esas condiciones no la
tienen la gran mayoría de personas que padecen
o padecieron la enfermedad, ejemplo de
ellos es Latinoamérica en Perú, Brasil, Venezuela y Bolivia los ciudadanos
mueren en sus casas o en el camino, después ruletear por varios hospitales o
clínicas donde son rechazados por no tener respiradores o los insumos de
bioseguridad adecuados para atenderlos.
Partiendo
de los antes mencionado, ojala que estos
dirigentes políticos se recuperen rápidamente, de igual forma, espero
que esta experiencia les permitan entender y comprender lo necesario de condiciones
médicas (médicos capacitados, respiradores, camas y equipo de bioseguridad) óptimas
para todos los seres humanos, es
horrible ver personas que no pueden
respirar y no encontrar respiradores
porque se robaron el dinero o simplemente la burocracia estatal no corre al mismo ritmo de una crisis
respiratoria; por lo tanto, las políticas públicas que se tomen en los próximos meses tengan
una visión humanista, porque se hablan
de números pero cada número es una persona que tiene
dolientes, al verlo de esa manera se despertara
la compasión tan necesaria en
nuestros dirigentes políticos.
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